domingo, 27 de septiembre de 2009

Natural


Pasamos tanto tiempo corriendo que no caemos en la cuenta de lo difícil que es mantener la cabeza en su sitio ,y creo que ahí podría estar un principio interesante de amor a nosotros mismos .
Lo pensaba hace unos días , metida en la bañera , con un trozo de cielo metiéndose a presión por la ventana ;una campanita mística comenzó a tocar una canción antigua dentro de mi cabeza y lo sentí .
Es difícil no ya no saber qué te pasará dentro de un mes, cuando quizá no conserves el empleo, sino batallar contra toda una máquina de creencias construida en años y años de vida terrestre .
La acuática , esto es , la que sucede en los bares , ( al menos para mí , las mayores revelaciones y los mejores besos han ocurrido en estado ligeramente etílico, que es aquél que no te quita el conocimiento pero hace batir las ventanas del alma ) es de las mejores y más fecundas que pueden vivirse a este lado , y no está de más echar mano de ellas de vez en cuando, ya que no tenemos nada mejor .

Ya no tenemos el curso de los vientos , ni el cambio de las estaciones al alcance de la mano , ni siquiera el crepitar de una hoguera por las noches.

La gente de la ciudad no tenemos miedo de una mala cosecha , de un invierno demasiado frío o un verano demasiado largo , no tenemos granero , sólo frigorífico.

Ya sólo podemos tener miedo del dinero, de tenerlo para pagar , de no tenerlo para fracasar en lo más sencillo, que es vivir .

Ya no podemos apoyar los pies en la tierra , sentirla entre los dedos ni caminar desnudos para que se nos ocurran cosas, soluciones , alivios para el alma .

Porque no somos individuos sino partículas de un sistema sometidas a un baile absolutamente antinatural .

A veces lo he hablado con mi mejor amiga ;

cuánto y qué mortal es el daño que nos hace la estadística .

Yo, sin ir más lejos, tengo que culparla de haber dejado los estudios ;

y es que en mis tiempos , mi carrera "no tenía salidas " y la estadística de los periódicos de empleo la ponían al principio en las listas de fósiles , aquello que no genera riqueza ni hace a la gente triunfadora .

La estadística me barrió literalmente de la universidad , (también empujada por la inmediatez , y un fracaso amoroso, todo hay que decirlo , siempre he sido tan inteligente ,ejem) y luego me ha barrido hacia más alcantarillas emocionales , más momentos de desolación .

Es cuando lees un artículo en una revista , "El cuarenta por ciento de las mujeres mayores de 35 sufre de diabetes vaginal y además nunca más tendrá novio " o aquello otro " El perfil del desempleado habitual es varón , prostático otoñal , sin estudios y con un lunar en la barbilla " , y ahí están todas las de 35 y todos los que tengan un lunar amargados y barridos a la izquierda pero junto al cero .

No, qué va; el otro día , en la bañera , sabiendo que yo no hubiera sido como el 95 % de los licenciados en filología Hispánica , también supe que no seré como el 89 % de la gente de mi edad , sexo y condición , a no ser que la estadística trate de agruparnos para cosas bellas y positivas , como "más de la mitad de las mujeres de cuarenta años aprenden a montar a caballo y se tiran al monitor " , o " el 56 % de la gente acribillada a deudas sufre un golpe de suerte en torno a seis meses después de haber estado soportando situaciones de estrés " , entonces sí, entonces me quiero agrupar en la estadística , si me sirve para crecer en vida , diversión y esperanza.

Pero normalmente no es así, son oleadas de información negativa, desesperante y cruel , y no contempla jamás la esperanza de las posibilidades de cada individuo.

Con la falta que nos hace precisamente eso, la esperanza.

8 comentarios:

NáN dijo...

Siempre lo digo, ¿¡quién se está comiendo mi medio pollo semanal!?

Me he cansado de buscarlo, porque ese glotón no existe. Existen pollos y existen personas.

Del resto de tu historia, siempre inteligente (sin ejem) [veo lo que escribes, no lo que vives, y por lo que cuentas tu escritura es más inteligente que tu vida, ejem], me guardo una frase demoledora, que explica tantas cosas a todos:

"La gente de la ciudad no tenemos miedo de una mala cosecha , de un invierno demasiado frío o un verano demasiado largo , no tenemos granero , sólo frigorífico."

Así nos va.

Un abrazo

Isabel dijo...

Pues sí, llevas razón en cuanto al entorno que nos rodea.

Pero como las decisiones que tomamos son nuestras, también le podemos poner puertas, como los terratenientes o latifundistas, que todavía existen, le ponen puertas al campo.

Encerremos dentro el optimismo y la esperanza. Si es verdad que "la esperanza es lo último que..." no creo que ella solita tenga el valor de saltar la valla.

Besitos

Plumalba dijo...

Hola.

Yo necesitaba hoy leer un texto así. Agobiado por la nevera (vacía), por el lunar en la barbilla, por mis estudios de antaño sin salida y el día de hoy que presagio turbio, hoy tus frases me han permitido ensanchar los pulmones y abrirme al mundo un poco mejor.

Moltes gràcies / muchas gracias.

Araceli Esteves dijo...

Nada peor que esas falsas creencias que nos persiguen disfrazadas de cualquier otra cosa.
La estadística, lo normal, la media, por debajo de la media, por encima de la media...etiquetas que sólo sirven para cargarse la autoestima de todo aquel que no entra en un determinado canon.
Supongo que yo estaré entrando en el grupo de mujeres maduritas medio chifladas porque me he pasado parte de la mañana de contorsiones vertiginosas haciéndoles fotos a los charcos. Y ya lo notaba ya, que me miraban raro.

iliamehoy dijo...

Bueno, si puedo parar de sonreir, voy a dejar algo escrito. Qué alegría!!!!!.
Gracias por volver a mi casa.
Por cierto, eso de la diabetes vaginal es cierto???. Bueno, mejor sigo sin leer estadíticas.
Una sonrisa doble

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Tengo la sensación de que tus escritos obran en mí, efectos contrarios a los que persigues; será que les metes tantos grados de poesía, que no consigues hundirme... todo lo contrario, salgo de tu blog, casi dispuesto a echarle un pulso a Superman, a ver quién vuela más alto y más rápido.

Un beso, cuarentona.

Nómada planetario dijo...

La estadística está muy bien para las compañías aseguradoras, para el cálculo de riesgos y cosas así. Para vivir se precisan otros parámetros más humanos.
Besos de la campana de Gauss, sin salirse de la desviación estándar.

Bárbara dijo...

De algunas estadísticas o de lo que se supone ya está escrito y va a suceder (sobre todo cuando en negativo) hay que huir como de la peste. No hay nada peor que las autoprofecías cumplidas. Me alegro de volver a tu casa, June.