lunes, 5 de octubre de 2009

Miedo


Sé que hay otras vidas porque no se puede tener tanto miedo en una sola .

Algunos miedos son ancestrales , inherentes al ser humano , desde las cuevas hasta ahora , pero otros no son evolucionistas .

Sencillamente no caben en una vida sola .

Yo he debido ser representante de comercio varias veces, y he podido hasta ser hombre , cabeza de familia, de una década oscura , siempre española , en una vida que tenía sus noches caídas a capa y espada demasiado pronto, un vendedor que no vendía lo suficiente y besaba la frente de sus niños , y antes de irse a dormir , fracasado y vencido, dejaba caer una lágrima ,una persona que irremediablemente odiaba la perra vida y al mismo tiempo la amaba con rabia .

Uno de estos individuos a los que siempre deja la novia o despiden del trabajo, porque en ningún momento se terminan de creer que de verdad hay que vender patos de goma o aspiradoras , pero que saben que han de hacerlo porque tienen cargas familiares ,( a eso siempre se llega), y van a rastras con el alma metida en los charcos , deseando no ser vendedor sino artista .

Un vendedor con complejo , podríamos decir , un carroñero que no quiere serlo es un ser que pasa mucho, muchísimo miedo .

Yo sé lo que es ese miedo, y lo peor es que conozco a más gente absolutamente brillante con el mismo pánico metido en las venas, por cuya acción devastadora te ves obligado a vivir varias vidas hasta que comprendes .

Y un domingo de Octubre comprendes por fin , en tu enésima vida , luna llena transitando por Aries , un poco hacia la derecha y con poniente en la playa de Huelva , que lo único que vale es un río de espuma blanca llevándose la risa de una niña , tu propia risa lanzada al viento , las fuerzas por fin abandonadas en las olas salvajes, soy tuya, mar , dame lo que quieras o no me dés nada , basta con agradecer lo que ya tengo .

Porque en veinte , treinta años no estaré aquí , no tendré que volver para aprender nada , porque ya sé cómo se celebra la vida , y la vida no está en aquel salón familiar con lámparas encendidas donde haces cuentas encima de una mesa de caoba , ni en los despachos de una empresa donde creen los muy desgraciados que deciden tu futuro , ni en la autocompasión de fracasar por no vender productos de terceros a primeros incautos.

Y es que hoy el mar tenía una fuerza arrolladora ;

dos veces me ha tirado a la arena , y ahora llevo la rodilla desollada , pero todavía me suenan nuestras risas en la cacerola que se conecta al corazón , y tengo más vida y más luz que nunca , y en momentos así no me acuerdo de la usura .

Porque pasar demasiado miedo acaba por traer usura y abandono , y el mar es todo fuerza, generosidad pura .

Como nosotros mismos, como yo misma, cuando deje de tener miedo , aunque parece que a veces ,sólo algunas veces , se me da el regalo de comprenderlo .


13 comentarios:

aapayés dijo...

Ya te sigo y comienzo a leerte a visitarte y sobre todo a enlazar tu blog para poder venir con mas frecuencia..


Un abrazo con mis
Saludos fraternos de siempre..

Que tengas una muy buena semana..

Plumalba dijo...

El regalo es este tu texto, tan limpio, tan claro, tan certero y tan agudo como un bisturí de forense. Me he sentido yacente en la mesa de autopsia.

Gracias, gracias.

Nómada planetario dijo...

Esa vida pasada, tan oscura que pintas, atrapó a muchas personas con circunstancias similares.
Suerte que tienes de expandirte a orillas del mar, dejarte invadir por la sensación de felicidad que describes.
Besos desde un día plano.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

No sé, June, pero si lo único que vale la pena son las espumas blancas, prefiero las de Aute, aunque no para compartirlas con él, habiendo quien las encuentra tan absolutamente deseables.

Beso, June, que son cuatro días multiplicados por no sé cuantas vidas.

iliamehoy dijo...

El miedo, diría yo que siempre está presente : algunas veces lo escondemos, otras lo entrenfamtos, otras lo entendemos y en alguos momentos hasta tenemos la sensación que desaparece. En la vida que ahora soy, estoy aprendiendo, que mi única sálida es no tenerle miedo al miedo. A ver si en la próxima, hasta puedo entender que sólo existirá si yo le dejo.
Una sonrisa

Anónimo dijo...

El miedo lo llevamos en el alma, como ese pecado
original, con el que nos martirizan y llevamos
como un atavismo. Tenemos miedo a vivir.
Pero, la vida sigue y los miedos quedan atrás y
nos damos cuenta de que toda esa angustia, no
valió la pena. Somos proclives a tenerle miedo
al miedo mismo. No es sabio.
Cuando una criatura se asusta con el coco, si
se lo hacemos ver de cerca, lo dejamos en evidencia, sabrá cómo enfrentrse a sus propios
fantasmas.
Ya encontrarás la forma de mirar a tus miedos
de frente, sí que lo harás.
Me ha encantado tu texto, Venus.
Un beso
BB

Anónimo dijo...

Linda mía: Te he cambiado de June, Junio o Juno,
a Venus... Cómo se le dice? lapsus mitológico?...
Me perdonas?
BB

Isabel dijo...

Perfecto, así te quería leer, de verdad, apreciando lo que realmente importa a la vez del miedo.
Sin miedo, la vida puede que no nos durara tanto. Sí, ya sé, el miedo es como el dinero: ayuda. Como ayuda olvidarse de él para disfrutar de los pequeños momentos.

Abrazos

carmen dijo...

El miedo, la zozobra, la inquietud...Todo es humano, demasiado humano. Pero tambien el arrojo, la fuerza de vivir entre el mar y el cielo, entre las olas o tumbada en la arena, saboreando el silencio profundo del ser.

Miguel Baquero dijo...

Sencillamente impresionante, desde el principio hasta el final,pasando por ese pobre vendedor que lleva el alma arrastrando por los charcos y descansando en la playa con tu niña. Es una auténtica maravilla de texto. "Tengo más vida y más luz que nunca, y en momentos así no me acuerdo de la usura" es una joya. Deseo infinito que sigas así. Te deseo toda la suerte del mundo.

Sue dijo...

Precioso. No tengo palabras y tu no deberías tener miedo.

Anónimo dijo...

No le tengas miedo al miedo, todos lo hemos tenido, June, muchas veces en la vida. Y si tienes una luna llena y una rida de una niña y una propia, cógete a ello con fuerza, levántate de la arena, de dónde sea y coge la fuerza que te hsga falta. Se te nota en tu escrito que sabrás buscarla.

Deja de tener miedo y quédate con la generosidad propia o ajena.

NáN dijo...

Por si acaso tengo razón y no hay más vida: se mezcla un poquito de miedo con un buen chorro de arrojo, se enfría con el desprecio de los prepotentes, se bate hasta joderlos (a los prepotentes) y se toma a sorbitos frente al mar. Al dar el último sorbo se dice: ¡que os den mucho por culo!

Al día siguiente no hace falta Almax.