Lo oí cantar como a un cisne
tenía un canto nervioso y pequeñito
me apropié de él como un llavero
para llevarlo siempre en mi bolsillo;
lo oí cantar tan viejecito
susurrando aquellas cosas mías
mientras se colaba en la rendija de mi alma
estrenando otra vida entre mis labios .
Y era un canto dulce como de copla antigua
de avión que se aleja ,de pueblo en otoño
de chimenea encendida y crujir de recuerdos
de cosas que se sueñan pero nunca se tienen .
Lo oí cantar entre mi pelo
le regalé unos besos perezosos
quiso que fuera suya como nadie lo ha querido
aunque ya abríamos la boca de puro aburrimiento .
Lo vi alejarse , salir de mi rendija
tan pequeño y nervioso como su propio canto
volver enseguida a sus tareas
con la senda perdida en un mapa sin rutas.
Y no he vuelto a tener otro llavero
con música o sin ella , vivo desabrochada
desde entonces mis llaves están sueltas
como cascabeles en un bolsillo sordo.
6 comentarios:
Hoy me dejas desorientada entre parajarillos y llaveros.... pero me quedo un momento al abrigo de la chimenea mientras crujen los recuerdos.
Y me alegra seguir leyendo el cascabel de tus palabras.
Una sonrisa sin botones
¡Qué lindo poema!
Yo creo es la pieza más fiel de que disponemos, menos cuando éste desgastado decide abandonarnos.
Y también la prueba más evidente de que "a rey muerto..." jejeje...
Besote, hoy soy anónima para opinar porque los de Google me tienen en sus manos, no puedo entrar con mi cuenta. Ni sé ya, cuántos atranquijos de palabras he escrito para nada. Ignorante que es una para esto de la informática.
Isabel Mallén
Lo mismo el llavero se halla en objetos recuperados en otras manos.
Besos para colgar en alguna parte.
A lo mejor no es verdad y ese llavero sigue estando entre las cosas que tienes siempre. Entre las llaves lleva cuero viejo y las palabras enfrente.
Los aviones de USA siempre vuelven, ¡está aquello tan lejos!, en el Blue Notes, el mejor jazz del mundo y el más prodigioso saxofonista que ha parido la historia, una vez escuchado a lo mejor te vuelven a crujir los recuerdos.
Es un poema tan hermoso, tan hermoso, que
absorta en sus palabras me quedo, o quizás
al pie de esa chimenea, escuchando el crujir
de recuerdos de aquellas cosas, que parecen
pertenecer a otros...
Ya encontrarán tus llaves el llavero adecuado,
ya habrá quien cante en tu oido otro cantar,
tal vez, más dulce, más duradero...
Un beso
BB
Se te ocurren unas metáforas de chapó y muy señor mío... te lo digo yo.
Vesos con "V", que ya me sé yo por qué lo digo.
Publicar un comentario