domingo, 29 de noviembre de 2009

llueve con minúscula


Esta mañana me despertó el sonido de la lluvia, y entendí el dolor de mis costados.
Entre las sábanas suena más dulce ,aunque te haga desear cuerpos ausentes , manos más lejanas todavía;
pero es normal que así sea.
Así ha sonado siempre la tierra  , antes y mucho después de nuestro nacimiento.
Por eso , al igual que el resto de las criaturas, necesitamos acurrucarnos en la palma de la mano de los dioses , tan perversos como fértiles.

4 comentarios:

Sue dijo...

Qué precioso final.

Que los dioses te acompañen.

añil dijo...

La lluvia y las sábanas son una mezcla explosiva para la nostalgia.

Un beso

Isabel dijo...

Bellas tus palabras.

Beso

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Me has desenterrado el recuerdo de unas ilustraciones eróticas que vi hace muchos años, en las que aparecían figuras humanas retozando con manos del tamaño adecuado.

Besos.